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Arrancó su campaña. Kenji Fujimori el delfín engreído de Alberto Fujimori, el expresidente preso por ladrón y asesino, es fotografiado el 15 de junio repartiendo regalos en Huarmey. Volveré , dijo como Mac Arthur en la II Guerra Mundial, solo que este general no llega a samurai. Es solo un pirañita rodeado de mugre a la que "lava".

LA TERCERA VUELTA

No será entre ejecutivo y legislativo sino del pueblo en las calles contra ambos

"Sería terrible que por ganar votos, perdiéramos las calles" (Oido en las calles de Madrid, ante las últimas elecciones en España)

Por: Carlos Bernales (Cabe)

Publicado: 2016-07-06

Keiko Fujimori ganó la primera vuelta con enorme favoritismo del JNE, claro está, al punto que con menos del 30% de votos logró más del 60% de congresistas. El fujimorista PPK ganó la segunda vuelta con las justas, el “modelo” se salvó.

Es lo que dicen algunos analistas políticos que casi están en lo cierto. Casi, porque es demasiado calificar de fujimorista el “modelo económico” existente en el Perú, como si éste fuera una creación de Alberto Fujimori un anodino y desconocido personaje que llegó al poder sin partido y sin planes de gobierno precisos pero que, gracias a la astucia de Vladimiro Montesinos que, entre otros, recibió dinero de parte del narcotraficante colombiano Pablo Escobar pudo derrotar a Mario Vargas Llosa, copiar su programa y colocar como funcionarios a los principales amigos del hoy Nobel escribidor.

¿Se salvó el modelo?

Realmente No. El capitalismo neoliberal, que rige el destino económico en el Perú, hace más agua que el Titanic luego del choque con el iceberg que lo llevó al fondo del mar. De modo que, considerando ese solo hecho, no es posible esperar que la ortodoxia neoliberal de PPK, saque adelante al país que hace años solo se maneja con piloto automático desde Washington, pero que, de pronto, ese piloto está que camina con los ojos vendados por una cuerda floja que nadie sabe a donde va.

Economistas que realmente saben el tema y no demagogos como Hernando de Soto, afirman que las proyecciones para el Perú siembran dudas acerca del futuro de casi doce millones de personas de supuesta clase media a las que la crisis amenaza con empujarlas al abismo de la pobreza y la mendicidad.

Esa amenaza crece conforme pasan los días y el auge de exportaciones que permitió el chorreo a cuenta gotas, que experimentaron los peruanos en los últimos 15 años, se acerca a su fin. Las demandas mas sintonizadas con la realidad, expuestas por candidaturas como la de Verónika Mendoza, que alertó permanentemente sobre la necesidad de diversificar la producción y agregar valor a nuestras exportaciones, caen en saco roto toda vez que quienes tienen acaparados los recursos para invertir en la transformación industrial de las ingentes materias primas con que cuenta el Perú, son incompetentes para dar a luz un solo proyecto de país.

De modo que las elecciones pasadas solo sirvieron para frenar la cleptocracia y el narcoEstado que se nos venía aceleradamente tras la candidatura de la Fujimori. Pero la victoria del pueblo, no pasa de haberle dado un portazo en la nariz, a Keiko Fujimori. Lo que es peor, al gringo PPK, solo le falta el short, la camisa floreada y multicolor para denotar que llega de turista a la casa de Pizarro y a mantener a como de lugar las cosas como están. Por mucho que se sugiera que con él podrán realizarse los estancados proyectos de Conga y Tía María, la realidad es que esas inversiones, en caso de llevarse a cabo, no solucionarían los problemas básicos que el Perú requiere para alcanzar un mínimo de bienestar.

Es que...

Para desarrollar el Perú, hay que industrializar y para eso hacen falta los recursos que no solo fueron robados por Fujimori en los 90, sino por la clase dominante. Los que cortan el jamón. Ese grupo de oligarcas que está afincado en el sistema bancario y en una que otra empresa de servicios pero fundamentalmente como mayordomos, testaferros se dice, de las grandes corporaciones. Como los señores de las minas, por ejemplo, que no son más que un nombre, porque en el caso de Roque Benavides, quien se cree dueño de todo el oro del Perú, a través de su empresa Minas Buenaventura, es apenas un empleado, servilleta en brazo, de la Newmont Mining, verdaderos usurpadores de Yanacocha y que quieren imponer a sangre y fuego la explotación de oro en Cajamarca y específicamente en Conga.

Queda una larga tarea a la izquierda peruana. Por mucho que el fujimorismo ha hecho para satanizarla, anatemizándola de terruca, entre los adjetivos menores que se han enfilado especialmente contra Verónika Mendoza, la más destacada dirigente de la izquierda peruana, el pueblo, especialmente el Sur peruano, no se ha dejado comprar.

Verónika Mendoza y el Frente Amplio, ha ganado un lugar en el corazón y en la mente del pueblo, demostrando que ¡si se puede!

El FA ha llegado a millones de personas sin invertir los miles que cuestan un segundo de publicidad por televisión, sin regalitos de tapers, entre otros, o dinero en efectivo, como fue la campaña de Keiko Fujimori quien regalaba a manos llenas dineros sospechosos de lavado y conexiones con el narcotráfico que administraba Joaquín Ramírez, secretario general de Fuerza Popular.

La hora de la izquierda

Desprestigiada por el senderismo, hermano gemelo del fujimontesinismo, y también por las cúpulas burocráticas que han dirigido el movimiento sindical y popular, la izquierda peruana se levanta debajo de una montaña de escombros, con un inmenso apoyo popular desde el sur rojo, el color de la sangre y del corazón que para bronca de los mafiosos enemigos del pueblo, late desde la izquierda.

Colectivismo para aplastar el clientelismo fujimontesinista

Ahora se trata de competir con el fujimontesinismo para conquistar el apoyo popular. Mientras ellos llegan al pueblo con humillantes dádivas, la izquierda tiene la oportunidad de demostrar que la solución a los problemas populares no está en estirar la mano, sino en confiar en la fuerza del colectivismo que nos viene de lejos en la mentalidad del Ayllu que sigue vivo en nuestra mente. Frente a una mafia que quiere mantenernos como un país de mendigos se alza una opción para hombres y mujeres libres y conscientes dueños de sus destinos.

El fujimorismo ha quedado herido, desencantado por la derrota y por los millones de dólares invertidos para nada. Va a querer hacerse sentir desde el Congreso, que ya considera de su propiedad. El gran dilema que deberán resolver los fujimontesinistas es: si se endurecen como oposición le darán la excusa a PPK de que no se puede hacer nada por culpa de los fujimoristas y eso redundará en un rechazo inmenso. Por el contrario si se someten al nuevo gobierno y las cosas salen mal, serán arrastrados por el desprestigio, y si le va bien al gringo, el mensaje será que se puede gobernar bien sin necesidad del fujimontesinismo en el poder.

Keiko, mientras tanto, sigue guardando un conspirativo silencio

Su padre, cobardemente, renunció por fax a la presidencia. Ella ahora usa el twitter para aceptar su derrota sin dar la cara. El fujimontesinismo, sin embargo, no está deshojando la margarita sino cortando cabezas. El jefe de la banda preso en DIROES, Alberto Fujimori, ya no debe creer en Keiko, tiene 5 años para entrenar a su cachorro Kenji, de quien se dice tiene la mano dura para representar mejor que nadie a la mafia ansiosa de recuperar el poder. Pero ya sabemos que la “mano dura” de Kenji hoy solo está mas turbada que nunca.


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Cabe en política

Meter la cuchara en política peruana y en general