Triunfó la movilización popular contra un nuevo golpe fascistón, de la burguesía capitalista brasileña, la más corrupta de la región en alianza con el también corrupto y gangsteril imperio, que puso todos sus medios, prensa, tv, a nivel mundial, para desvirtuar los hechos y pretender descalificar a la única persona política, Dilma Rousseff, que no tiene un solo cargo probado de corrupción. 

El objetivo del imperio queda claro: destruir los BRICS, la alianza que une las economías de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. 

A Rusia la tienen bloqueada pero resiste. Contra China el TPP. A la India le apuntan los misiles nucleares de Pakistán. Sudáfrica sigue en la mira de Inglaterra que durante años mantuvo su dominio bajo el apartheid.

Por otra parte, esta crisis, es también consecuencia de una política de conciliación de clases practicada en Brasil por el PT, que pretendió gobernar en alianza con unos burgueses traidores (como el vicepresidente) que lejos de actuar como aliados, con lealtad, fueron precisamente quienes han conspirado y seguirán haciéndolo para sacar del poder al partido que, por encima de su también corrupción, ha cometido el delito de reducir los ingresos de los capitalistas, por aplicar su política hambre cero.

La burguesía brasileña se cansó del reformismo, de políticas sociales, de que sus millones no sigan creciendo.

El desaforo (impeachment) ha sido derrotado por ahora. ¡Cuidado! la conspiración puede estar tocando las puertas de los cuarteles en un país que a la hora de defender los intereses de la burguesía, se comporta como cualquier república bananera.

Los golpes militares también forman parte de la historia del coloso de sudamérica.