Las cuatro patas del fujimorismo
Keiko Fujimori ha levantado, en las presentes elecciones, el mantel de una mesa de cuatro patas sobre las que se sirve el fujimontesinismo. Estas son:
CAPITALISTAS MAFIOSOS Y CORRUPTOS
1º. La lumpenburguesía. (Lumpen=mendigo en alemán y burguesía=propietarios de grandes medios de producción, fábricas, minas, tierras y sobre todo propietarios de la fuerza de trabajo, que compran al precio que les viene en gana). En los años 70 Andre Gunder Frank, bautizó así a las oligarquías de países, como el Perú, que se desvivían por servir al amo imperial a cambio de migajas del saqueo de materias primas de sus países.
Con el tiempo, esta lumpemburguesía ha evolucionado al crímen organizado. En efecto, la corruptela que se le achaca al Estado, proviene en primer y último lugar de empresarios que lucran del Estado. Estos traferos, lobistas, testaferros, blanqueadores de dinero a través de sus bancos, es decir, “los que cortan el jamón”, satanizan de “populistas” los gobiernos que subvencionan programas de asistencia al pueblo, pero callan cuando acuden al Estado para un salvataje como no hace mucho ocurrió que, por las fluctuaciones del dólar, el BCP, Interbank y BBVA, recibieron como compensación un regalo de 500 millones de dólares que salieron del bolsillo de todos los peruanos.
Esta lumpemburguesía peruana hoy se frota las manos esperando el triunfo de Keiko. Es que en los 90 cuando ganó Alberto Fujimori, Alan García les dejó las arcas casi vacías, debiendo chambear duro rematando las empresas privadas para acumular los fondos que se repartieron en un festín inolvidable.
Hoy, los fondos de reserva han alcanzado una cifra record. Las arcas del Perú contienen más de 62 mil millones de dólares (http://www.americatv.com.pe/noticias/actualidad/peru-alcanzo-nivel-record-reservas-us-62631-millones-n168761), que no se van a invertir para ayudar a los peruanos a salir de la pobreza. Ese capital hoy genera la codicia de los oligarcas del Perú, lo quieren todo para ellos. Por eso, la Confiep tiene la sonrisa del lobo y apuesta por Keiko.
REVÓLVER A LA ORDEN
2º. La segunda pata del fujimorismo es el lumpen de las clases más bajas de la sociedad. La clientela que incorporó, enseñando a los pobres que ellos empobrecieron, a levantar la mano para lo que sea, bolsitas de arroz, con frejoles y gorgojos, polos, camisetas, sobre los que hoy, Keiko, ofrece más que Ferrando.
Aquí se juntan matones a sueldo, prontuariados, encargados de “colaborar” con fiscales, notarios y policías cada vez que se embarga a gente asfixiada económicamente, arrebatando propiedades, incluso sus casas. Esta base del sindicalismo mafioso, de “los cupos” y los contrabandistas de terrenos, son verdaderas bandas armadas para sostener los propósitos de la mafia naranja, estando dispuestos a lo que sea.
Esa gente sería usada desde el poder para desbaratar las protestas populares. El Estado fujimorista no necesitaría formar grupos Colina desde las Fuerzas Armadas, bastaría reclutar sicarios e infiltrarlos en las movilizaciones para que al día siguiente sus medios titulen: “Hubo una pelea entre “izquierdistas…. con el lamentable saldo de un número indeterminado de muertos”.
Si así como estamos, la inseguridad ciudadana registra niveles de alto riesgo, bajo el auspicio del fujimorismo la delincuencia triplicaría su peligrosidad.
CHICHA KULTURAL COMO CANCHA
3º. La tercera pata del fujimorismo son los medios de comunicación duchos en manipular la psicología de las masas. En los 90, los diarios chicha difundían psicosociales para desprestigiar adversarios al régimen o simplemente domesticar la voluntad popular que aplaudió sumisamente las fechorías de los gobernantes. Hoy casi no hacen falta los medios chicha. El grupo El Comercio los sustituyó junto a la televisión basura que ha hecho de las suyas difamando hasta el infinito, por ejemplo, la candidatura de Verónika Mendoza, y a sus votantes calificándolos de “terrucos”.
“QUE DIOS NOS AYUDE”
4º. La última pata del fujimontesinismo es la Iglesia que, como en la España de la Guerra civil (1936-39), y luego durante la era franquista, cumplió un efectivo papel de domesticar el rebaño. Esta vez, la iglesia católica a través de sus instituciones como el Opus Dei, de Cipriani y los obispos de Piura y Arequipa, sermoneando que sería pecado votar por Verónika Mendoza, se une a, todas las confesiones evangélicas, para esta guerra no tan santa contra el pueblo peruano, a cambio de una apetitosa participación en la torta de los más de 62 mil millones de dólares con los que sueña todo este lumpenaje.
¿MATONES A SUELDO EN LA PUERTA DE TU CASA, O LA POLICÍA ROMPEMANIFESTACIONES?
Frente a estos matones armados hasta los dientes, tenemos un PPK que a lo sumo continuará el estilo de gobierno de los últimos 15 años. No nos equivocamos. PPK es neoliberal, lobista, fujimorista y todo lo que se sabe de él, pero sería distinto a la propia mafia en el poder, él no tendría la capacidad como el fujimorismo de liquidar la movilización popular como en los 90, hoy el fujimorismo está más potenciado que nunca y una nueva derrota de Keiko contribuiría a desarmarla..
Solo la indolencia, especialmente desde esa izquierda que votó nulo el 5 de abril pensando que Keiko y Verónika Mendoza eran lo mismo, esos a quienes les va bien o mal con cualquier gobierno, que son incapaces de ponerse en el pellejo de los trabajadores, pueden insistir en la idea de que da igual que salga uno u otro.
También se equivocan quienes piensan, cínicamente, en el voto nulo, afirmando que “todo está arreglado” a favor de PPK. Nadie tiene el poder para decidir quién será el presidente, solo decidir quién no, como dijo alguna vez Alan García
¿Vamos a meter la pata permitiendo a una amenazante Keiko Fujimori, volver a un nuevo saqueo del Perú?