¡AHORA ES EL SISTEMA!
“¡Pulpín fue primero, ahora es el sistema!”—Grita de los jóvenes luego de la derogatoria de la Ley Pulpín, 26 de enero de 2015
La Ley Pulpín ya fue derogada y los medios ahora se esfuerzan por adjudicarle esta victoria al congreso…¿Cómo? ¿Al mismo Congreso que fue el que creó la ley que rebajaba a los jóvenes a la calidad de ciudadanos de tercera categoría?
No pues...
No puede haber dudas de que esta es una victoria única y exclusiva de los jóvenes que ganaron las calles y doblaron el brazo al gobierno, incluyendo el Congreso, que tuvo que dar marcha atrás a este nuevo atentado contra los derechos de los trabajadores.
Como ya se ha dicho, la Ley Pulpín no hacía otra cosa que desnudar la zanganería de la “clase empresarial” peruana que desde una hamaca concesiona el país, sus recursos y su mercado, a las corporaciones capitalistas multinacionales y hoy, bajo una crisis internacional, que ha disminuido las exportaciones de materias primas, intenta remontar el porcentaje de su comisión afectando el salario y los derechos laborales.
Como ya aplastó al máximo las conquistas laborales que tanta lucha, sudor y sangre costó durante el siglo pasado, desde que se conquistó la jornada de las 8 Horas en 1919, esta vez arremetió contra los más jóvenes mediante la Ley 30288, más conocida como Pulpín. Pero el tiro le salió por la culata.
En estas semanas,
Los jóvenes han aprendido de sociología y de luchas sociales mas que si hubiesen asistido a la universidad. Es que la calle enseña mucho. Cosa que la burguesía churreta que domina al Perú no entendió. La lucha por la derogatoria desnudó lo que es el sistema capitalista en el Perú y los jóvenes ya saben quien es principal enemigo de sus luchas, la clase que se atrinchera en la Confiep y el Estado que, no importa que administración, Fujimori, Paniagua, Toledo, García o Humala, solo es una mayordomía de la burguesía churreta entregada al imperio.
Pero no solo es la enseñanza de que la lucha en las calles es decisiva para alcanzar victorias sociales, la organización que se ha creado a través de las zonales, sus voceros y coordinadores, ha demostrado un poder de convocatoria y de adhesión que es más fuerte que el interés de los partidos de la derecha despreciados con repugnancia, o de los tradicionales grupos de la izquierda reformista y burocrática que pretendió colocarles un bozal para encarrilarlos a sus expectativas electorales y lograr que también a ellos la plata les venga sola.
La formación de zonales,
en algunos distritos muy relevantes, ha concitado el apoyo de fuerzas sindicales, comunales y de colectivos sociales, que se ha traducido en un potencial enorme de movilización.
Es aun prematuro decirlo, pero cuando estas movilizaciones despiertan el entusiasmo popular también empiezan a convertirse en instrumentos de poder dual: una especie de Estado revolucionario cuya democracia horizontal, a medida que va adquiriendo mayor autoridad, es capaz de competir con el Estado oficial hasta aniquilarlo.
Es cierto que es aun muy incipiente el desarrollo alcanzado por estas nuevas organizaciones. Pero mucho ayuda la reflexión de que en estas formaciones sociales se encuentra el germen de lo que podría ser la sociedad igualitaria que todos quisiéramos tener.
Convertir este movimiento social en un movimiento político
Debe ser el objetivo actual. La derecha debe estar temblando de que eso suceda. Pero los jóvenes ya han expresado contundentemente su deseo de seguir luchando. Este Jueves 28 la Federación Textil ha decretado un Paro Nacional y los jóvenes están prestos a participar de esta lucha sintiéndola propia. Hoy, la lucha de unos es la lucha de todos, expresó Luis Berrospi cuando presentaba a los importantes voceros de todos los jóvenes que se expresaron en la Conferencia de prensa para festejar la victoria.
Esta lucha aun comienza. Ahora es el sistema, manifiestan los jóvenes. La puntería actual debe ser contra la constitución fujimontesinista que sería un paso adelante para acabar con el odiado sistema capitalista. Una Asamblea Constituyente surgida desde las zonales podría dar la estocada final al sistema. Hay que prepararse para ello, muchachos.
Los sueños también se convierten en realidad. Para eso se lucha.