¿Cuándo estuvo la izquierda unida y jamás fue vencida?
Los años 20 parieron una izquierda que como Caín y Abel vive matándose por los siglos de los siglos
A propósito de la izquierda, analistas tanto de derecha como de esa filiación (?) hablan de la “evaporización” de ésta, del fracaso electoral, de su nueva división y del drama que todo ello implica. Puro fariseísmo.
En las historias que se escriben al respecto, pareciera como si alguna vez la izquierda peruana hubiese estado unida para jamás ser vencida. Eso no es cierto. Los años 20 del siglo pasado, parieron mellizos: una izquierda democrático popular aprista y una izquierda socialista-mariateguista inspirada en los 4 primeros congresos de la III Internacional (1). Y desde entonces estos “hermanos” viven peleando. Casi como Caín y Abel .
Cierto es que hubo varios intentos por trabajar unidos, el propio Mariátegui envió a Ravines a Alemania para tratar un pacto que Haya rechazó. Con los años al virar irreversiblemente a la derecha, el Apra dejó vacío el espacio democrático popular que pronto ha sido llenado por los grupos que ayer se amontonaban en el estalinismo peruano.
Big bang
La izquierda estalinista tuvo su “Big bang” a comienzos de los 60, cuando las tensiones entre China y Rusia no daban más e implosionan al Partido Comunista fundado por Eudocio Ravines. Allí surgen las estrellas pro-rusas y pro-chinas. No había grandes diferencias programáticas entre ellas, salvo las acusaciones de revisionismo y el asunto de que “el poder nace del fusil”, doctrina maoísta que años después llevaría a Horacio Zeballos, a hacer el ridículo presentándose a un mitin electoral con un fusil de palo.
En realidad fue una disputa para monopolizar las prebendas que llegaban de Moscú o de Pekín, viajes y becas incluidos, que motivaban las lealtades estalinistas.
De esa división nace el PC pro-chino, “Bandera Roja”, (Saturnino Paredes). Este, vuelve a dividirse y aparecen “Lucha de clases” (Sotomayor), Patria Roja (Moreno) y Sendero Luminoso (Guzmán). Todos hijos del estalinismo maoísta.
Años después el PC-Unidad volvería a dividirse apareciendo el periódico Mayoría, entre cuyos editores figuraba el actual conocido y admirado periodista César Lévano.
¿Y el APRA?
En los años 60, luego de la revolución cubana, el Apra padece un cisma, surge el Apra Rebelde, de Luis de la Puente Uceda y el ubícuo Javier Valle Riestra, que luego se convierte en MIR. Sin embargo, el dilema de cuando lanzar la lucha armada guerrillera en el Perú, crea a Vanguardia Revolucionaria (VR) que considera que se necesita un “mínimo suficiente de partido”.
Muerto Haya y luego del fracaso de Villanueva del Campo en las elecciones de 1980, el APRA se rompe por la derecha y por la izquierda, Aparece el Movimiento de Bases Hayistas, de Andrés Townsend y por la izquierda aparece el MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru) de Víctor Polay.
El Bloque Socialista
A la muerte de Mariátegui, como ya se ha señalado, Eudocio Ravines liquida el Partido Socialista y por órdenes de la Komintern dirigida desde Buenos Aires por el comisario de Stalin, Vittorio Codovilla, se funda el Partido Comunista (Mayo 1930) bajo las órdenes de Moscú. Eso hiere de muerte al incipiente bloque socialista.
Durante la II Guerra Mundial, el PCP, apoyaba al gobierno del oligarca Manuel Prado, llamandolo “Stalin peruano”, porque adherido a los aliados “declaró la guerra a Alemania”, todo un sainete.
El apoyo del PC implicaba la conciliación de clases y éste prohibe los “disturbios sociales” contra el gobierno. En Ate-Vitarte, obreros de la industria textil entre los cuales se encontraba Félix Zevallos, “Toro”, organizan una huelga contra la patronal a espaldas de la dirección del PC. Esta resuelve expulsar del partido a los indisciplinados acusándolos de “trotskistas”.
La curiosidad sobre el trotskismo.
“Ese algo” que permite ser consecuente con las luchas, lleva a los rebeldes dirigentes sindicales, a contactar a algunos intelectuales, con quienes fundan el POR (Partido Obrero Revolucionario) solicitando su afiliación a la Cuarta Internacional. Renace el Bloque socialista, una historia para otra nota.
La comezón de los 70
A comienzo de los años 70, la remezón del “velasquismo” produce rajaduras por todas partes, desaparece VR disuelta en por lo menos 4 fracciones. Los mismo sucede con el MIR y como corolario de esta situación, queda una izquierda atomizada, pero de alguna manera articulada con el llamado movimiento sindical clasista, surgido de una economía de incipiente desarrollo industrial.
Como verá el lector de esta nota, la izquierda no solo nació dividida sino al parecer tiene en su ADN, el registro de la división. Especialmente la izquierda que hace bulto en el bloque democrático popular.
Mal paso
Pero esa izquierda que en su mal paso divisionista, como en el valse, es tan cruel y despiadada, incapaz de mirar su historia, aprender de los errores, de sus intrigas, conspiraciones recíprocas, falta de proyección nacional y de programa de cambio, alcanza unanimidad cuando para justificar sus fracasos se las agarra contra Hugo Blanco, uno de los personajes a quienes siempre excluyeron de sus filas y a quien, sin enfado alguno, insiste en estigmatizarlo. Curiósamente, lo presentan como el mas grande divisionista de la historia de la izquierda democrático popular, que ya fue y a la que el cusqueño, en realidad, nunca perteneció.
Esa izquierda democrático-popular, que no representa ningún atractivo para el pueblo peruano, que genera desconfianza a su paso y que está desconectada de las esperanzas del pueblo peruano es la que odia a quien tal vez sea el único político de izquierda a quien las masas ven con admiración y respeto, Hugo Blanco. ¿Será casualidad?
Lamentablemente, nuestro amigo Raúl Wiener, de quien hacemos votos por su salud, ha caído en la trampa engendrada por la perfidia estalinista, al tergiversar los hechos que llevaron a la explosión del ARI. Todo para apañar (2) a una izquierda que en el fondo desconfía de él y que nunca le perdonarán que alguna vez haya sido “trotskista”. Por mucho que ahora se desviva por complacerlos.
Palmiro Togliatti, quien manejó con mano de hierro, el Partido Comunista Italiano desde 1926 hasta su muerte en 1964, alguna vez dijo "la lucha final será entre comunistas y excomunistas". El sabía porqué lo decía. Mientras estuvo en España durante la guerra civil, Togliatti se encargó del asesinato de los militantes revolucionarios del POUM de Andrés Nin y del anarquismo, de Buenaventura Durruti, ambos asesinados por órdenes de Moscú, lo que facilitó la victoria de Franco. Fue el regalo a Hitler para que creyera en la buena fe del dictador georgiano y aprobara el pacto, Molotov Von Ribbentrop, de “no agresión”, entre la Alemania nazi y la Rusia estalinista.
La historia no queda aquí. Continuaremos
, aun hay más.
(1) http://grupgerminal.org/?q=system/files/cuatroprimerosICvolumen1.pdf
(2) (http://diariouno.pe/columna/divisiones-las-de-antes/)