¿Qué tienen en común Alberto Fujimori y Evo Morales?
El analista Fernando Tuesta, lo ve iguales
"No es lo mismo que lo mesmo" dicen con sorna algunos mexicanos.
Esto viene a cuento cuando a algunos "analistas políticos" les da por parecer imparciales, se suben a una nube y desde allí revuelven los colores que ven abajo. Solo así puede entenderse que el señor doctor Fernando Tuesta, pretenda comparar a Evo Morales con Fujimori, metiendo en el mismo saco los argumentos de quienes despotricaron contra la "interpretación auténtica" del ladrón y asesino que esta vez permitiría a Morales, el populista, permanecer por tercera vez consecutiva en el poder.
¿En el poder? Es un decir.
El discurso de Morales hace mucho que se desdibujó, hoy es solo la nueva careta de una dictadura capitalista neoliberal administrada por un izquierdista demócrata-popular. Como corresponde a los tiempos.
Este Estado Boliviano, sin embargo, responde a una amplia movilización social que ha tumbado gobiernos abiertamente rapaces y entreguistas, que sería capaz de sacar a puntapiés del Palacio Quemado al propio Morales.
Por eso, Evo usa vaselina para gobernar con una política internacional de retórica antiimperialista aunque, al interior del país, la mayoría de la población boliviana mantenga altísimos niveles de pobreza maquillados con programas de asistencia social, que cuentan con el valioso aporte cubano en medicina y educación y, ciertamente, una mejorcita distribución de la riqueza que, así sea a cuentagotas, de alguna manera está llegando al pueblo.
Por ello comparar a Fujimori con Morales en aras de una farisea imparcialidad es demasiado, o mejor dicho, denota poca imaginación para el "analista imparcial". Es como comparar Al Capone con Robin Hood. El primero se la llevaba toda, dejando una huella de sangre. El héroe del bosque de Sherwood repartía lo robado entre los pobres, pero también hay pruebas de que se quedaba “con la suya”. No quiere decir que Morales “roba pero hace obras”, pero donde el capitalismo se mantiene intacto siembra dudas.
Rubén Blades
En una entrevista para Univisión, el ultraderechista Jorge Ramos pregunta a Rubén Blades, porqué su adhesión al "dictador Chávez" y su tercera postulación. Blades responde, ¿Cuántos estadistas hay en el mundo que debieran seguir gobernando? Y se responde, “muy pocos”, volviendo a la carga, “¿porqué un presidente que lo está haciendo bien no puede seguirlo haciendo hasta que se agote?”
Roosevelt
Con seguridad F.D. Roosevelt, de quien Carlos Fuentes afirma que fue el mejor presidente de los Estados Unidos, pudo haber seguido gobernando si la muerte no lo hubiera sacado del poder. Pero esto es justificado por Tuesta con que eso fue parte de un “sistema presidencialista” (¿?)
Por mi parte, me atrevo a enfatizar que de acuerdo con la lucha de clases, una teoría que yo comparto, que sirve para interpretar la historia, los Estados actuales son la representación de la clase imperialista en el poder nacida de una estructura económica. Que ha evolucionado a un sistema cada vez más depredador como corrupto.
Ese sistema corrompe la naturaleza, la atmósfera, las tierras de cultivo, el aire que respiramos, el agua potable, etc, de la misma manera como corrompe todas sus relaciones convirtiéndolas en razones “eticas”: en la economía, a través de lobbys, sobornos, lavados de dinero en sus trusts financieros, etc.; en lo social camuflando sobornos, contrabando, tráfico de drogas, etc.; en lo político, legitimando la doctrina de “roba pero hace obras”.
Tal es la dictadura de una burguesía decadente.
Analizarla con “imparcialidad” olvidando que hay un enorme conflicto social que disputa la vida del futuro, es ser parte del problema.
El doctor Tuesta, no es imparcial. Su apuesta, evidentemente, es por la gobernabilidad del estado burgués. La democracia que defiende Tuesta es la dictadura del capital que en el Perú representan “por Dios y por la plata”, Castañeda, García, PPK, Lourdes Flores, Toledo, Humala, el fujimontesinismo… puaj. La lista es larga.
El joven Tito Tuesta sabía todo eso, pero al parecer el doctorado le hizo olvidar lo aprendido.