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¿Un fracaso más qué importa?

De como los gobiernos "progres" son antesala de los peores gobiernos de la derecha

Publicado: 2014-10-06

Por mucho que Gregorio Santos haya obtenido un huayco de votos en Cajamarca, la realidad es que la izquierda peruana, “realmente existente”, ha tenido una derrota enorme este domingo 5 de octubre. Pero, esta no es la derrota del socialismo sino de quienes aun creen que en el Perú la disputa es por puestos y sueldos en el Estado neoliberal.

Es la derrota de la izquierda socialdemócrata.

Es decir, del bloque democrático popular (Bd-p), al que Susana Villarán representa con toda su trayectoria. Es el fracaso de la idea de que hay que llegar al poder, a como de lugar, para administrar un Estado que ha sido diseñado para gobernar en absoluta corrupción y que se traga la honestidad de los políticos como Cronos se tragaba a sus hijos.

En los últimos años hemos visto que el pragmatismo reaccionario enseñó que había que ser candidato de izquierda para luego gobernar con la derecha. La señora Villarán creyó que podría acertar en el camino inverso, en una Lima “la horrible”, supuestamente derechista, y que debía ganar los votos de la derecha para gobernar con la izquierda. 

Nunca vio que ella salvó el pellejo en la revocatoria 

gracias a la enorme y entusiasta participación de una juventud, no necesariamente de izquierda (no tiene por que serlo, si ha de reflejarse en esta “izquierda”), que sacó las garras para evitar su derrota.

La “tía bacán” solo vio el “apoyo” del PPC que astutamente le bajó, de un plumazo de tucán, a sus mejores regidores. Seguramente pensó que los votos del PPC volverían a sostenerla. No se percató de que en este segundo acto solo la sostendrían como la soga sostiene al ahorcado.

Aunque ganó el candidato que hace obras para robar, los jóvenes que triunfaron en la revocatoria, no han sido derrotados, sobre todo si extrae de esta experiencia la lección de que organizados y con metas precisas se puede alcanzar el cielo. 

Es lo que no hizo Villarán 

que torpedeó todos los esfuerzos para congregar la izquierda y la movilización popular en torno a una candidatura cuya bandera debió centrarse en la moralidad y la ética (como en la revocatoria) y no en las obras en las que ellos que las hacen para robar, son muy duchos.

Como resultado, la política de la izquierda neoliberal solo entregó la imaginación del pueblo al lema “Roba pero hace obras”. La historia se repitió una vez más. Los gobiernos “progres” son la antesala de los peores gobiernos de la derecha.

La lucha por el cargo y la marmaja saboteó la lucha por la movilización popular

Tampoco deben cantar victoria los desafinados de Patria Roja. Los votos de Cajamarca son mas una ratificación de la lucha contra Yanacocha-Newmont, contra la depredación del medio ambiente y en defensa de las tierras de cultivo y ganadería. Sería una exageración decir que ha sido un voto conciente por el ecosocialismo que no está, precisamente, representado por Patria Roja… pero tampoco por Tierra y Libertad. Aunque su soberbia no lo reconozca, Patria Roja sigue inexistente a nivel nacional.

Pero no lo será

Este debiera ser el fin de la política reformista del bloque d-p, después de todo es la misma política que hace mucho se viene aplicando. Es la que hace decir a Mauricio Mulder “por algo tenemos 90 años”. Y no se equivoca. Fue Haya de la Torre el que parió el bloque democrático popular, que hoy agrupa a Villarán, Santos y todos los logos de la atomizada izquierda electorera.

Mariátegui, en recia polémica con Haya, 

funda el bloque socialista (o Partido Socialista) que aun se encuentra bajo una montaña de perromuertos levantada por los seguidores del traidor Ravínez, verdadero fundador del Partido Comunista, el enterrador de los lineamientos socialistas del Amauta.

Las elecciones ya pasaron, el fracaso es de ellos.

No es nuestro fracaso. Ahora solo importa porque es la piedra que no debemos volver a pisar. El Bloque Socialista no lucha por cargos y yapas en el Estado capitalista neoliberal. 

Cronos, en la mitología griega, no llegó a tragarse a todos sus hijos. Zeus sobrevivió derrotándole con el apoyo de los titanes. 

Los nuevos titanes encarnados en los jóvenes de la izquierda socialista, vencedores en el NO a Keiko y en la revocatoria, no necesitan un Zeus-líder. El liderazgo debe ser su organización. 

Su fuerza: la lucha en las calles. 

Su canto: el amor y la esperanza. 

Su meta: un mundo de justicia e igualdad, el socialismo 

La organización los llama. Los que están, sigan en sus puestos. 

El presente sigue siendo de lucha. El futuro será nuestro 


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Cabe en política

Meter la cuchara en política peruana y en general